Ideas en movimiento. El arte cinético en la Argentina

Ideas en movimiento. El arte cinético en la Argentina
Jessica Sequeira

1 de noviembre de 2013

http://www.nadiequieremorir.com/ideas-en-movimiento-el-arte-cinetico-en-la-argentina/


[Miguel Ángel Vidal en su taller]

Por Jessica Sequeira

Con muchas telas que caen bajo el título ‘bellas artes’, se siente como si la obra poseyera un poder de asombrar, y que el rol del espectador no consiste en nada más que mirar y quedar impresionado. Se puede caminar por el museo, mirar lo que una quiera y en el orden que se quiera, pero las obras viven en su propio espacio y tiempo, intocables y apartadas de quienes las ven. Un Poussin, un Rembrandt, un Titian: los mundos representados y las técnicas usadas en tales obras merecen la admiración, pero parecen mundos distintos.

La exposición actual en el Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires, Percezione e illusione: arte programmata e cinetica italiana, muestra un desafio a esta tradición. Destaca el arte ‘óptico y cinético italiano’ entre los años 50 y 70. ¿Primero, qué significa ‘cinética’? Acá admito una falta inicial de entendimiento; fui para la exposición porque pensaba vagamente que tendría algo que ver con el cine italiano de Visconti y Antonioni que amo tanto. Nada que ver, por lo menos no en el sentido que imaginé; pero la muestra terminó siendo muy interesante igual. En los años mencionados, colectivos artísticos como el Gruppo N y el Gruppo T (habían muchas teorías sobre la importancia del trabajo conceptualizado en grupo y llevado a cabo de forma individual), con miembros a menudo basados en el centro financiero (como suele pasar con el arte moderno; en este caso fue Milán), habían trabajado en crear un arte que jugara con las percepciones. Un arte que involucrara el espectador y le otorgara una parte activa, para que ya no fuera más solo un mirador perdido en el museo.Pero hay más de una manera de involucrar al espectador y esto se refleja en el título de la exposición. El arte cinético funciona principalmente con ilusiones ópticas y cambios de perspectiva. Muchas obras dependen de donde se encuentra el espectador, ya que según su posición, la obra cambia. Si se queda a la izquierda, las líneas parecen azules; si se camina al centro se transforman la mitad en negro; y si se siga a la derecha la obra entera se torna negro. La obra exige de la participación para que sea apreciada por completo. Por otro lado, el arte ‘programmata’ recurre a máquinas y tecnología para lograr sus efectos, utilizando motores, imanes, luces de neón, etc. Muchas veces estos tiene que ver también con ilusiones ópticas, así que no hay conflicto entre los dos enfoques.

Lo que rechazan ambos, lo ‘cinético’ y lo ‘programmata’ es lo estático; el movimiento está enfatizado. Como escribió Umberto Eco en un texto acompañando una exhibición colectiva en Milán en 1962, este tipo de arte es ‘una dialéctica entre casualidad y programa, entre matemática y accidente, entre concepciones planeadas y aceptación libre de lo que va a ocurrir’. No es un mundo apartado o auto suficiente – todo sigue sucediendo.

Teoría e interacción

Dado que esta exposición está en Buenos Aires, naturalmente me pregunté: ¿Quiénes son los artistas cinéticos argentinos? ¿Existió un movimiento similar acá? La respuesta es sí, aunque los artistas trabajaban individualmente, o en pares, con menos énfasis sobre los colectivos artísticos. Recorramos rápidamente la lista de los artistas del arte cinético programado en la Argentina para tener una idea de los conceptos que entraron en juego entre los años 50 y 70. Durante este período, había mucho interés en la experimentación con máquinas, elementos electrónicos, luces, materiales insólitos, proyecciones fotográficas, cine y sonidos. Para muchos, los primeros pasos eran en opp-art, pero rápidamente las incursiones en los efectos ‘trucos’ se convirtieron en algo más profundo. Algunos de los artistas argentinos más importantes en el campo del arte cinético fueron Miguel Ángel Vidal y Eduardo Mac Entyre, creadores del Grupo Arte Generativo. Juntos formularon una respuesta a los que pensaron que el arte abstracto se había vuelto ‘insensible y frío’; según el manifiesto, iban a darle a este arte más ‘movimiento’ y ‘vida proyectiva’. En su arte nuevo, explicaron, los signos básicos que encontraban en el arte abstracto ‘crecen y se disminuyen, se generan progresivamente, vibran y giran en su propia forma, o al encontrarse entre sí. Ellos producen contraste y claroscuro, adoptan un nuevo tipo de vida, cobran una nueva identidad en el espacio.’

Otros artistas fueron igualmente interesados en el movimiento y también tenían ideas ricas desde su enfoque teórico para acompañarlos. Gyula Kosice inventó el ‘hidrocinetismo’ y usó agua para producir un sentido orgánico de movimiento, prefigurando sus ideas sobre una ciudad hidroespacial. La pintura geométrica de Manuel Espinosa jugó con efectos de espacio y de color, según su visión de un arte ‘movido por amor’. Las formas sensuales, redondas y serpenteadas de Rogelio Polesello, otra interpretación de los efectos geométricos, llevaron sus obras mas allá de cuadros y líneas rectas. Y en las salas del Instituto Di Tella, Eduardo Rodríguez y Perla Benvenista experimentaron con luz, cajas cinéticas y la incorporación de imágenes de sus propios cuerpos. Por fin, debo mencionar los argentinos trabajando en París, como Gregorio Vardánega, Antonio Asís y Martha Boto, afiliados con el GRAV (Groupe de Recherche d’Art Visuel), que era interesado seriamente en ideas de la interacción.

Todos estos movimientos, vinculados por un interés común en lo dinámico y la percepción cambiante, involucraban líneas u óvalos, máquinas, vidrios o pedazos de papel. Sus ‘ilusiones’ se hacían efectivas en relación con la posición del espectador o los cambios en la obra. En todo caso, la relación entre el intento de atraer la atención del espectador con formas en movimiento, y el intento de involucrar el espectador directamente, fue siempre muy íntima.

Percepciones en el presente

¿Cuál es hoy la influencia de estos movimientos sobre los artistas contemporáneos? Al arte cinético y programado nunca le faltaron críticos: desde los que pidieron un interés renovado en la persona en vez de la forma geométrica, hasta los que criticaron estas formas de arte por considerarla anticuada en sus visiones del futuro. Sin embargo, siguen hoy en día como una fuente importante de ideas y técnicas. Los avances en el cine, los vídeo juegos y las computadoras han logrado que demos por sentado el rol de la tecnología en nuestras vidas, y entonces estos desarrollos dejan de ser representados en el arte contemporáneo, tanto como en las teorías que lo acompañan. En ese sentido el arte de los años 50 a 70 – tanto en Buenos Aires, como en ciudades europeas como Milán o París – puede servir como un estímulo para pensar y generar nuevas ideas sobre cómo el ser humano puede asumir un rol activo según su percepción del arte y su mundo, cada vez más transformado por la tecnología.

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